sábado, abril 22, 2017

Invisible. Las crónicas de Benjamin Knight

Invisible. Las crónicas de Benjamin Knight, Charles Band, Full Moon

Vendida como una especie de spin of de Mandroid, un subproducto rodado en Rumanía al que Charles Band y su Full Moon noventera acogieron con los brazos abiertos para meterla en ese lote que acabó distribuyendo la mismísima Universal. Pero en realidad es una secuela en toda regla, pese a que ese título y carátula no quieran vender que el prota de esta aventurilla es el tal Benjamin Knight (que, pese a nombre tan chanante, juraría que en la película nunca se menciona su apellido), personaje secundario del anterior film que desaparecía rápidamente de escena cuando sufría un intento de muerte a manos del malísimo de Drago, pero en realidad acababa recibiendo los efectos de una piedras ¿radioactivas? que le dejaban invisible. En Invisible. Las crónicas de Benjamin Knight es uno más dentro del dueto de científicos que controlan al androide Mandroid. Y que aquí vuelven a toparse con el deformado de Drago, que se las ha ingeniado para establecerse en un centro psiquiátrico, el cual usa de centro de operaciones, y rodeado de un grupo de locos (se sobreentiende que estos eran pacientes del centro y a los médicos les debieron dar matarile) sigue persiguiendo la tecnología de Mandroid.


Invisible. Las crónicas de Benjamin Knight, Charles Band, Full Moon

Si en el anterior film todo era cutre y zetoso, aquí la cosa no ha cambiado demasiado. Pero ¡oh milagro! la cosa resulta ser medianamente entretenida.
Ya empezamos con ciertos toques que le acercan mucho al cómic de toda la vida, con el malo que tiene a un grupo de locos como sicarios y que en el fondo son un puñado de pelagatos. Todos con caras de dementes y atuendos de risa (uno lleva un paraguas, otros va todo el día con la camisa de fuerza puesta y otro con guantes de boxeo.

Incluso hay un intento de darle algo de acción al asunto, con una persecución por las calles rumanas. Siempre rodada con mucho plano muy cerrado, pero que no pueden evitar que se les cuele algún transeúnte mirón. Y es que por mucho que se empeñen, esto no deja de ser una (sub)producción de Europa del este. Pero aun y así nos lo pasaremos bien. 



Invisible. Las crónicas de Benjamin Knight, Charles Band, Full Moon

A nivel de efectos seguimos con el traje de caucho de Mandroid, que tampoco es que salga mucho y el hombre invisible no deja de ser uno de los efectos más baratos que se conocen en el mundo del cine. Te limitas a mover objetos con hilos de pescar y que los malos hagan ver que reciben golpes y... ¡tachán! Tienes un tipo con poderes.

Tampoco es que se lo curren mucho con el supuesto clímax final, que acontece en alguna iglesia abandonada de la localidad. Pero lo más gracioso es el epílogo, en el que nuestros héroes deciden trasladar su centro de operaciones en los USA. No sé si es que sus perpetradores eran demasiado ingenuos y se pensaban que iban a seguir la franquicia a la meca del cine.

Invisible. Las crónicas de Benjamin Knight, Charles Band, Full Moon

En el cast volvemos a tener a los mismos que ya vimos en Mandroid, es decir, actores americanos de aquellos totalmente desconocidos que sobreviven con pequeños papeles en series y alguna peliculilla minimamente decente. En la dirección el sueco Jack Ersgard, director de la anterior y que como mucho se podría destacar de su filmo a En peligro constante, telefilm con James Belushi y Rob Lowe a mediados/finales de los 90.


Aunque más gracia me hace el guionista Earl Kenton, que siguió de la mano de Charles Band escribiendo los libretos de aquellos subproductos science fiction con toques erotiquillos que parió en los 90 y principios de los 2000, para luego desaparecer del mapa.

lunes, abril 17, 2017

Monster Valley

Monster valley, troll 2, Claudio Fragasso

Pues sí, muy pocos deben saber que la tan "famosa" Troll 2 la tuvimos en nuestros videoclubs bajo el nombre de Monster Valley. Y distribuida por la Columbia ni más ni menos. Pero que tampoco nos sorprendamos, que en la época no era raro que una major sacase serie B o hasta Z por, seguramente, trapicheos o para engrosar catálogo. Ahí tenemos al clan Band y su Full Moon, que de esto sabían un rato.

Hablar de Monster Valley o Troll 2 es casi hablar de lo que está requete hablado. Considerada por muchos como una de las peores (si no la peor) películas de la historia. Un poco como cuando Harry y Michael Medved dijeron que Plan 9 del espacio exterior era la peor película de la historia y todo el mundo se quedó con esa cantinela y empezó el culto a Ed Wood cuando el hombre era simplemente un señor que no tenía un chavo para hacer algo con cara y ojos.
 
Monster valley, troll 2, Claudio Fragasso

Aquí el invento poco o nada tiene que ver con el Troll de John Carl Buechler. Básicamente era un film titulado Goblin que algún productor o distribuidor pensó que lo que tenía entre manos era tal despropósito que difícilmente iban a rascar algo de ahí si no conseguían dar un golpe de efecto. Golpe de efecto que resultó ser el venderla como una secuela que, evidentemente no era. Es que ni siquiera aparece la palabra "troll" en todo el metraje. Según contaba el propio John Carl Buechler, él tenía los derechos para cualquier secuela o remake de Troll y que esta falsa secuela se apropió del título sin tener ningún tipo de derecho.

Realmente la cosa no es que funcionase demasiado, dejando a la película en un limbo hasta que llegó internet y los memes. Sobretodo, o básicamente, el de "Oh my goood". Y su fama fue creciendo más y más. Llegando a tener proyecciones con la participación de sus responsables y como guinda final el documental Best worst movie, que nos explica maravillosamente el auge y olvido de este fenómeno. Un documental recomendadísimo que te deja con cierta sensación triste por como queda retratado aquello de los fenómenos volátiles que acaban en el triste olvido.


Monster valley, troll 2, Claudio Fragasso


Volviendo a Troll 2. Detrás tenemos a uno de esos mercenarios italianos que tanto nos molan: Claudio Fragasso, aquí acreditado como Drake Floyd, aunque en la carátula hispánica lo bautizaron como Drago Floyd, que casi mola más. Pero como que tampoco pasa nada porque en los títulos de crédito aparece de forma muy clarita "Troll 2" y una voz en of simplemente dice "Troll". Cosas del doblaje.
Fragasso, un italiano de esos chiflados que gesticula mucho, venía con una idea muy loca de querer hacer una canto contra la moda vegetariana con la que se encontró en su círculo de amistades en aquella época y, claro, al tipo le tiraba más la carne. Tonto no era.Y luego lo que nos encontramos es un divertimento totalmente zetoso pero que funciona. Todo con ideas muy locas y muy italianas. Como ese prólogo del abuelo (que luego resulta ser un fantasma que sólo puede ver su nieto) que explica la historia de esa especie de cruce entre Robin Hood y Peter Pan al que los goblins (aunque en ese momento se refieren a ellos como duendes) le dan matarile. Y podríamos seguir con el niño –el único junto a la bruja que pone ganas a su interpretación, aunque ella se pasa de frenada–, que la única forma que encuentra para que su familia no se coma la comida chunga que hay por todo Nilbog es sacarse la chorra y hacer una golden shower mientras su familia hace un mannequin challenge totalmente tercermundista. Es por todo esto y otras locuras que la película se ve con agrado y se agradece su cutrismo y hasta el póster del Batman de Burton en la habitación del mocoso.
  
Monster valley, troll 2, Claudio Fragasso

Troll 2 es asquerosilla. No porque vayamos a ver nada truculento, si no por todos esos fluidos verdosos y pringosos con los que rebozan a los actores. Y también por esos goblins de señores bajitos (no llegan a enanos) con unas caretas muy jodidas que están capitaneados por una bruja pasada de speed con los labios resecosos y con guacheras. Con todos estos ingredientes solamente podía salir algo bueno.


domingo, abril 02, 2017

Kamikaze Detroit

Kamikaze Detroit, Pat Morita, Jay Leno, Lewis Teague

La bestia bajo el asfalto, Los ojos del gato, Cujo, La joya del Nilo... Todas ellas tienen algo en común y es la figura de su director: Lewis Teague. Para algunos un mercenario, para otros un todo terreno y algún que otro dirá que un artesano por aquello que te hacía una comedia de aventuras, una de terror, una de justicieros urbanos o una monster movie. Parece que todo le daba un poco igual e iba haciendo según lo que le ofreciesen.

En la que hoy comentamos se pasó a la, en aquella época, tan de moda budy movies, con Arma letal a la cabeza y un sin fin de retahílas que empezaron siguiendo el juego de poli cachondón y poli seriote (Danko: Calor rojo, El principiante) y fueron metamorfoseando a poli + extraterrestre (Hidden) o poli + perro (Socios y sabuesos), aunque esto ya degeneraría en un subgénero propio (Superagente K-9, K-9000, Top dog el perro sargento...). Pero en plena segunda mitad de los 80 lo que todavía se llevaba era lo de los 2 polis "humanos" de carácter opuesto que tienen superar sus diferencias y formar equipo para llevar su caso a buen término, así que de eso va Kamikaze Detroit.
 

Kamikaze Detroit, Pat Morita, Jay Leno, Lewis Teague

Unos americanos mafiosillos roban de Japón el prototipo de un motor de coche, a lo que los nipones mandan a un poli a yankilandia a recuperar el artefacto. Y una vez allí se topará con el clásico poli norteamericano que pasa de todo y es un tosco pero que en el fondo es un buenazo y que se pone las pilas en el caso.
Nada nuevo bajo el Sol, que diría aquel. Pura rutina en un producto que hace aguas por todas partes desde el minuto 1. 

Kamikaze Detroit, Pat Morita, Jay Leno, Lewis Teague

Producida por De Laurentiis Entertainment justo cuando al tito Dino se le vino abajo el chiringuito con los descalabros de Dune, King Kong 2, Maximum Overdrive y algunas más. Lo que hizo que Kamikaze Detroit (en su V.O. Collision course) se quedara sin financiación al final del rodaje, haciendo que no se pudiera terminar como estaba previsto, además de quedar congelada durante un par de años. No sería hasta 1989 que tendría estreno en algunos países (entre ellos el nuestro), aunque en los USA saldría directamente a vídeo en 1992. Cosa que ya nos augura toneladas de mierda.

Porque la peli no es mala, es malísima. Ni sus chistes tienen gracia ni sus escenas de acción son espectaculares para los cánones de los 80. Con una estética muy costrosa, puramente de subproducto para videoclub. Sin duda, uno de esos films que pueden llevarse por delante la carrera de los que participan en ella. 



Kamikaze Detroit, Pat Morita, Jay Leno, Lewis Teague

Quizás este estreno de tapadillo fuese propiciado por el propio Jay Leno, ya en la época un peso pesado como showman, que siempre ha echado pestes del film.
Y es que la cosa no debió ser un camino de rosas precisamente. Varios directores estuvieron trabajando en el proyecto hasta que llegó a las mano de Teague (John Guillermin, Bob Clark, Richard Flesicher) en un momento que parecía que habría una huelga del gremio de directores; además que Jay Leno impuso un horario de filmación muy restrictivo pues tenía que seguir con su gira de stand-up.

Además de Leno (que siempre ha renegado de la película), tenemos como su compañero de aventuras a Pat Morita, que vivía su época de mayor éxito gracias a Karate kid (¿alguién recuerda que se subtituló El momento de la verdad?) y gracias a ello aquí se embolsó un suculento cheque de 2 millones. Como malo tenemos a un perdidísimo Chris Sarandon y ocupando el target afroamericano a Ernie Hudson. Y como curiosidad un par de nombres de tipos que solían hacer de tipos malos y con cara de monstruo deforme: Randall "Tex" Cobb (El chico de oro) y Tom Noonan (el monstruo de Frankestein de Una pandilla alucinante).

Dice la leyenda que cuando salió en vídeo en los USA de la mano de la HBO pusieron un texto al final de los créditos finales que te devolvían el dinero si no te gustaba. Nadie reclamó, seguramente porque nadie llegó hasta allí.